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clase del curso: Viernes 23 de Agosto
Responsable: María Marta Arce
Argumento: Cuerpos
intoxicados
Es
por el hecho de hablar que un viviente obtiene su ser. Ser que está hecho de
“sentido gozado” y que es la manera que tiene Lacan de incluir al goce y al
cuerpo en el sujeto, que a partir del Seminario XIX empieza a configurarse como
Parlêtre.
Al ser “necesario un cuerpo para
gozar”, Lacan, se aleja de la idea del sujeto dividido por el lenguaje para
acercarse a la idea de que se goza de la palabra, cuestión que lleva a un punto
indisoluble que tiene que ver con un hacer, con una acción específica del
artefacto del lenguaje sobre el cuerpo, una marca
que ya a esta altura de sus seminarios, no cercena el goce, no lo negativiza,
sino que lo positiviza en una escritura que determina a la vez la posición
sexual: el falo.
Es así, que la experiencia de
gozar de hablar hace que el saber en la experiencia analítica no tenga el lugar
de revelación solamente sino que sea un medio de goce, sea aquello que
transporta al goce, que está encajado por una imposibilidad y no por la
revelación de alguna verdad oculta.
Es por esta vía que es posible
trabajar desde el psicoanálisis con el sujeto toxicómano, apostando a que el
objeto, droga en este caso, no sature todo el goce posible y procurando que por
vía de la cadena significante el sujeto soporte un más de goce posible.
Bibliografía:
Capítulo VIII “Lo que incumbe al
Otro”. Seminario XIX “… O peor” (1971-1972). Ed. Paidós
Pierre-Gilles Guéguen. Siempre uno
por uno y a menudo Uno-solo. Revista Virtualia
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